MANIFIESTO 8 DE MARZO IES GABRIEL MIRÓ

Hoy, desde el Ciclo Superior de Promoción de Igualdad de Género, queremos conmemorar el 8 de marzo de este año: Día Internacional de la Mujer. Alzamos la voz, en nombre de todas las mujeres, tanto las que estamos aquí presentes como las que una vez lo estuvieron, para recordaros nuestro valor y hacerlo notar al mundo.

 Como personas que representamos la mitad de la población mundial, tenemos derecho al respeto, a la dignidad y a la misma valoración que gozan los hombres, en definitiva, a tener las mismas oportunidades de desarrollo que tiene cualquier ser humano independientemente del sexo y del género. No hemos de mencionar ninguno de los múltiples casos extremos de discriminación, para saber lo que  sufre una mujer y tiene que soportar por el hecho de serlo, pues todas nosotras lo hemos experimentado alguna vez y lidiamos con ello a lo largo de cada día. Es por ello que seguimos luchando, pues todas y todos somos o tenemos una mujer importante en nuestra vida.

          Cada vez que un hombre acosa a una mujer no se trata de un acto aislado contra ella, sino una falta al respeto y a la dignidad a su propia madre, hermana o hija, ya que es evidente que cualquier persona no quiere que un ser querido experimente el miedo, la impotencia y el desprecio que generan esos actos sobre nosotras, pues se trata de una infravaloración de la condición de mujer estructurada e impulsada por el sistema patriarcal.

          Queremos recordar que, no sólo es discriminación hacia la mujer los intolerables abusos, acosos y mutilaciones, también es discriminación el hecho de que una mujer quiera estudiar  y no se le apliquen ayudas por tener hijas e hijos, también es discriminación que un hombre persiga a una mujer por la calle con la intención de intimidarla o el hecho de no querer entender un simple NO.

          En muchos países la opinión de la mujer no cuenta, existe una gran desigualdad en la educación entre niñas y niños sumado a la perpetuación de los roles y estereotipos de género y las mujeres cuentan con grandes barreras para optar a un alto cargo.

          En el ámbito laboral estamos expuestas a la brecha salarial de género sumada a la falta de corresponsabilidad, pues somos nosotras las que en su mayoría nos hacemos cargo de las hijas e hijos, personas en situación de dependencia y del hogar, que nos lleva a carecer de espacio privado y tener que renunciar a nosotras mismas y en muchos casos, a nuestro empleo. La incorporación de la mujer al mundo laboral ha llevado consigo una crisis de cuidado que es responsabilidad de todas y todos.

          Desde el ámbito educativo debemos fomentar la educación en igualdad de tareas domésticas, responsabilidades y cuidados, vital para la liberación de la mujer y fomento de una sociedad justa e igualitaria. De este modo podemos lograr una conciliación de la vida personal, familiar y social, derecho y deber de toda persona, no sólo privilegio de una minoría.

         Lo que pedimos con esta lucha es la igualdad de género real, además de acabar con el menosprecio hacia la mujer y que se apliquen medidas de discriminación positiva. Es necesario  que exista una igualdad de género real y visible en el día a día, no solamente jurídica.

         Cada una de nosotras luchamos poniendo nuestro pequeño grano de arena y pese a las adversidades de este sistema patriarcal permanente seguimos conquistando derechos, manteniéndonos unidas y dándonos a valer.

          Así mismo, es de vital importancia recordar que este acto, como la consecución de los derechos con los que hoy en día contamos las mujeres, no hubieran sido posible sin el sacrificio de muchas otras, que emprendieron su lucha con todavía más dudas y menos apoyo, que pusieron en riesgo su vida y que fueron marginadas, torturadas y/o asesinadas. No obstante, tuvieron aquello con lo que contamos nosotras hoy en día: un gran amor hacia nosotras mismas y hacia cada mujer.

          Queremos agradecer a esas mujeres que lucharon, a las que hoy lo hacemos y a las que seguirán luchando, porque estamos convencidas de que un día ya no será necesario realizar estos actos. Dejaremos de sentir miedo y nos sentiremos libres, porque no somos las mismas que ayer, ni mañana seremos las mismas que hoy.

         Desde el Ciclo de Promoción de Igualdad de Género, os animamos a luchar hoy y siempre por vuestra madre, hija, amiga, hermana y sobre todo por vosotras mismas. Este camino no es fácil, pero merece la pena, pues es tanto lo que fuimos, somos y seremos que  el mundo debe notarlo y sobre todo valorarlo. 

Alumnado 1º Promoción de Igualdad de Género







    
                


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