30 de marzo: Día Internacional de las trabajadoras del hogar

UN POCO DE HISTORIA...

    A lo largo de la historia, las tareas domésticas y de cuidados han sido realizadas exclusivamente por mujeres, pues al ser desarrolladas dentro del ámbito familiar no se consideraban trabajo, sino más bien obligaciones atribuidas a las mujeres. 

    En 1975, con la incorporación de la mujer al mercado laboral, surge la dualidad, lo cual afectaba sólo a las mujeres acerca de qué hacer con las tareas domésticas y del cuidado, donde la única opción que quedaba era la de llevar esa doble jornada laboral, perpetuando así las desigualdades de género y la división sexual del trabajo, es decir este trabajo es para hombres y este para mujeres. 

    Fue en 1988 cuando la ONU proclamó el 30 de marzo como Día Internacional de las trabajadoras del hogar, visibilizando así la precariedad laboral que sufren las personas que se dedican a este trabajo y que la gran mayoría son mujeres. 

    Desde el Ciclo Superior de Promoción de Igualdad de Género del IES Gabriel Miró queremos hacer algunas reflexiones sobre este tema, ya que poco a poco, cada vez más, nos va sonando el término de brecha salarial que sufren las mujeres, causada principalmente por no cobrar la misma retribución que los hombres a la hora de desempeñar el mismo trabajo o al encontrarse con un techo de cristal, el cual les impide promocionar en su carrera profesional. 


   Esta vez, queremos incidir en otra causa muy importante de esta brecha salarial que son las reducciones de jornada que sufren las mujeres para poder atender las necesidades del hogar y cuidados, y en muchos casos, excedencias  para realizar trabajos no retribuidos, como son  las tareas domésticas.

   También nos encontramos que, en  nuestra sociedad existe una discriminación hacia las personas que realizan estos trabajos, además de sufrir unas condiciones laborales muy precarias, nos encontramos con mujeres que no tiene contrato, y por tanto, se encuentran sin cotización, ni prestaciones de desempleo, ni ayudas y sin la posibilidad de  poder reclamar nada, ya que su trabajo no consta en ningún sitio. 

    Esta realidad  ha sido visible con la pandemia del Covid-19, ya que más del 70% de las empleadas del hogar fueron despedidas sin derecho a ninguna prestación, sin preaviso y sin las condiciones para poder unirse a los famosos “ERTE”, ya que la mayoría carecían de un contrato laboral.

    Por ello, es necesario una implicación como sociedad, del Estado y la corresponsabilidad del hombre en las tareas domésticas y de los cuidados, pues es necesario comenzar a erradicar roles de género para poder avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria.

    A continuación, os dejamos un vídeo de Yayo Herrero, donde nos lo explica muy bien: 


    Así pues, el Estado ya ha empezado a ver una realidad que cada vez es más insostenible,  y con el Decreto 1620/2011 de 14 de noviembre, regula la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar, donde mejora los derechos de las personas que realizan trabajos domésticos que hasta la fecha se encontraban desprotegidas y sin ningún marco jurídico.

   Por ejemplo, con este tipo de regulación se tiene derecho a una indemnización cuando finaliza la relación laboral, cotiza para tener derecho a prestación en caso de enfermedad común o accidente profesional pero no tiene derecho a prestaciones por desempleo. 

   Aunque es un gran avance, todavía queda mucho camino por hacer, siendo imprescindible la unión y colaboración de toda la sociedad.

    Para finalizar, desde el Ciclo Superior de Promoción de Igualdad de Género queremos dar voz a la lucha a favor de la dignidad a las empleadas del hogar, porque es nuestra responsabilidad como sociedad, dar valor a esos trabajos de primera necesidad, creando puestos de trabajo dignos, con sus prestaciones y garantizando los derechos como ciudadanía y sobre todo, como personas.

"Visibilicemos lo invisible, valoremos y reconozcamos los cuidados y el trabajo doméstico y sus consecuencias sobre la equidad de género"


2º Promoción de Igualdad de Género

Comentarios

  1. Todo empieza con pequeños gestos pero no podemos conformarnos. Debemos seguir luchando por reconocer aquellas actividades a las que siempre se han dedicado las mujeres porque así debían hacerlo. Qué importante es el reconocimiento de lo que no se ve, porque a veces, lo que no se ve es la base de todo lo que nos sustenta.
    ¡Gran trabajo de visibilización promigiesgabrielmiro!

    ResponderEliminar
  2. Así es, visibilizar los trabajos esenciales para el mantenimiento de la vida, dignificar a las empleadas del hogar y exigir la implicación de las instituciones. Hacéis un gran trabajo. Enhorabuena!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares